Cuando
se habla de animales salvajes todos tenemos la impresión que son
animales peligrosos: pensamos en leones en la selva, osos, tigres,
etc. Pero no todos los animales salvajes son peligrosos. De hecho,
todos los animales fueron salvajes alguna vez. Los gatos, los
perros, los caballos,... todos eran animales salvaje antes de ser
domesticados por el hombre. De hecho, todavía quedan especies de
caballos salvajes en el mundo y no por ello son peligrosos para el
hombre.
Los
animales carnívoros según la especie pueden llegar a ser animales
salvajes peligrosos para el hombre. El oso, por ejemplo puede matar a
un hombre. Pero seguramente será para proteger a sus pequeños o
para protegerse él, no para alimentarse de la carne. Raramente el
hombre es una presa ansiada por este tipo de depredadores. La mayoría
de los ataques de animales salvajes al hombre son para defenderse,
creyéndose éstos en peligro.

Existen ciertos animales salvajes que nos parecen menos peligrosos y pueden llegar a ser más indeseables para el hombre, cómo es el caso de las mofetas, por ejemplo.
Los animales salvajes deben luchar por y para sobrevivir y la supervivencia les lleva a veces a cazar animales domésticos. El zorro es un animal temido en las granjas ya que ataca a las gallinas y a otros animales de la granja que son fáciles de capturar, ya que están en jaulas y no tienen muchas opciones para salvarse.
Los animales salvajes son curiosos y como nos puede suceder a nosotros, se intrigan por lo que es nuevo para ellos. A veces puede suceder que al ver un humano sea la primera vez que es animal vea a un humano. Sus reacciones son y serán imprevisibles pero, en general, un animal salvaje buscará protegerse y esconderse cuando se encuentre ante algo desconocido
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